Sombrero Blanco: Se refiere a la información y consiste en dejar de lado propuestas y soluciones y analizar cuál es la información faltante y la forma de obtenerla. No se elige una alternativa, sino que todas se guardan en paralelo.
Sombrero Rojo: Es aquel que se refiere a los sentimientos, las emociones y la intuición. Se supone que no intervienen en cuestiones de negocios, pero si lo hacen disfrazados de razonamientos lógicos. Con éste sombrero, se pueden expresar ideas libremente y sin necesidad de justificación.
Sombrero Negro: Indica la precaución, evaluación de riesgo y el juicio crítico. Es el sombrero con mayor utilidad práctica, ya que previene errores y decisiones irrazonables aportando mesura y explica por qué la decisión no será provechosa. Si se le usa en exceso puede ser poco conveniente porque mata la creatividad y resulta en negatividad.
Sombrero Amarillo: Es el que permite ver el valor y los beneficios de las ideas (pues es inútil intentar ser creativo sin ver el valor de las ideas). Es el que requiere de un mayor esfuerzo al procesar las ideas evaluadas por el sombrero negro pues la solución no siempre está a la vista y exige un trabajo de búsqueda ardua.
Sombrero Verde: Se trata del crecimiento, la energía y la creatividad. Consiste en desarrollar nuevas ideas y buscar alternativas. Ha sido el responsable de grandes inventos como la pólvora o la rueda.
Sombrero Azul: Mientras el resto de sombreros se concentran en los temas, el azul se centra en el pensamiento en sí, en definir la situación y las soluciones alternativas para el problema. Es aquel que verifica los procesos, exige resultados, sigue la agenda y elabora conclusiones. Los líderes ocupan mucho este sombrero.
El pensamiento paralelo exige que en determinados momentos todos utilicen el mismo sombrero.
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