domingo, 29 de abril de 2012

Paulo Cohelo y sus relatos oníricos

 El autor portugués Paulo Cohelo, también autor de la obra el alquimista, que conserva una fuerte dosis de fantasía y mundos exóticos, comienza a dejar entrever su estilo en el relato Once minutos, pues, al igual que en el primero, maneja la vida como si se tratara de un gran sueño. Debo confesar que no se trata de uno de mis escritores favoritos, aunque es realmente admirable la forma en que siente y vive como si se encontrara en el cuerpo mismo de la joven brasileña, describiéndonos sus anhelos, emociones y ambiciones, todo ello haciendo gala de una narración basada en lo sensible y descriptivo, hasta el punto de que casi podemos tocar la realidad que construye, es decir, realmente la encarna.



 Me parece que el relato es una crítica que realiza Cohelo contra el culto a la belleza y la confianza en su durabilidad, prueba de ello es el elemento secundario de la importancia de un extranjero como medio para dar una mayor jerarquía a la belleza de nuestra protagonista. Por si esto fuera poco, la tenacidad y decisión con la que es pretendida por el mismo se acentúa con su triunfal regreso a su pueblo natal como la única mujer que ha regresado "acompañada de un extranjerk".

"Cuando alguien tocaba su alma no tocaba su cuerpo y quien tocaba su cuerpo no tocaba su alma"

Bibliografía:
Once Minutos
Cohelo, Paulo

miércoles, 18 de abril de 2012

Kafka, el genio del realismo del siglo XX

La Metamorfosis es sin duda una de las obras que cambiaron el mundo de la literatura durante el siglo XX, pues su autor, Franz Kafka, checo de origen, nos presenta la vida de Gregorio Samsa, un oficinista que una mañana se encuentra en la desagradable sorpresa de verse convertido en un insecto, posiblemente una cucaracha. El realismo despiadado con el que el autor procede en su escritura toma tintes de fantasía con la citada circunstancia, aunque durante la narración caeremos en la cuenta de que únicamente se trata de una metáfora hábilmente introducida por él para denotar y acentuar la pesantez que percibe una familia al contar con un miembro desempleado o discapacitado por cualquier causa.

 La novela comienza cuando Gregorio despierta y se encuentra en dicho estado, de modo que Kafka no se centra en absoluto en las causas que lo llevaron a dicha transformación, sino que gradualmente denigra y degrada a su personaje hasta el grado de convertirlo en un estorbo para su familia, pues por obviedad pierde su empleo y vida social. Al ser Samsa el sostén económico del hogar, Kafka enfatiza más su crítica hacia el capitalismo, pues establece el hecho de que un hombre muy querido por su familia y de cuyo trabajo depende, puede pasar a ser un lastre hasta incluso un monstruo (a quien todos evitan y sólo alimentan por compromiso) simplemente por el hecho de encontrarse desempleado o minado en sus capacidades físicas. 


 El autor demuestra su buen conocimiento literario al ambientar la totalidad de una narración cuya extensión es la de una novela en únicamente la alcoba del mencionado Gregorio y cuya única situación abarca la totalidad de la misma. Del mismo modo, realiza una crítica contra la sociedad de la época así como su único y banal interés por el dinero, todo esto encarnado en el sufrimiento de un hombre común y corriente que bien podría representar a cualquiera.

Bibliografía:
La Metamorfosis
Kafka, Franz

El tiempo según Michael Ende

Michael Ende demuestra nuevamente su capacidad para escribir relatos fantásticos y su agudeza para convertir situaciones del día a día en relatos cargados de elementos que nacen de la imaginación, y es que en su novela Momo, Ende aborda el tema del tiempo y su preponderancia como elemento íntegro en la vida de todo ser humano.


 Los comerciantes del tiempo, también referidos en la obra como "los hombres grises", toman el papel de una especie de amuleto que permite a los humanos ganar tiempo de vida a cambio de un minuto de cada hora de la misma. De este modo, los seres humanos comienzan a preocuparse en exceso sobre el uso de su tiempo, lo cual creo que es un recurso literario que apela a la naturaleza humana y su innata preocupación por el tiempo restante de vida.

 Podría tratar miles de tópicos acerca del tiempo y su preponderancia en esta obra, sin embargo, a causa de la falta de un espacio adecuado, sólo me queda decir que, en resumen, considero que el significado de la obra versa sobre la previsión humana sobre su propio tiempo de término, influida por el hecho de que durante el camino se dejan de disfrutar de esas pausas y esas cosas "que le dan sabor a la vida", de modo que nos convertimos en entes avaros y ávidos de tiempo útil que al final sólo seremos infelices y cada vez menos humanos.

Bibliografía:
Momo
Ende, Michael

lunes, 9 de abril de 2012

Dupeyron y su amor por el absurdo

 En un relato donde el absurdo domina en todos los sentidos, el actor y dramaturgo Odín Dupeyron despliega toda su capacidad humorística entretejiendo una situación que además de encontrarse en el género de la fantasía, explora nuevas fronteras para lo increíble, pues irónicamente retrata la figura de la princesa de los cuentos de hadas, el autor de dichos cuentos así como el nunca querido y temido dragón.
 Con una fuerte dosis de humor, el autor presenta un típico cuento de una princesa encerrada en una torre, a cuyo rescate acude el autor, pero para lograrlo deberá vencer al "Dragón del miedo". Satíricamente, ninguno de los personajes resulta ser lo que aparentan, pues el dragón del miedo se llama así por su incipiente terror ante casi cualquier situación cotidiana de la vida, la indefensa princesa resulta ser una valiente y tenaz dama y el autor del relato no conoce los detalles de los elementos creados en su propia imaginación.


 Con una técnica narrativa de fácil comprensión y un humorismo refinado y tenue, Dupeyron nos lleva de la mano desde el inicio de la narración hasta su conclusión, siempre haciendo gala de su descomunal ingenio y entreteniendo a grandes y pequeños, todo ello logrado sobre la plataforma de un "típico" cuento de princesas que de típico no tiene nada.

"¿Eres el autor y no sabes la altura de la torre?"

Bibliografía:
Y colorín colorado, este cuanto aun no se ha acabado
Dupeyron, Odín

Huesos de lagartija: el legado del abuso durante la conquista

 Dentro de una interesante narración en primera persona, el protagonista de esta amena historia nos narra la forma en que cayó la ciudad de Tenochtitlán a manos de los españoles mientras nos describe su propia vida durante la juventud. Con una alta dosis de dramatismo y un cuidado casi demente de la sintaxis, Navarrete Linares nos narra la forma en que el anciano, en otra época conocido como "Huesos de Lagartija" deseaba ser un guerrero tan valeroso como su hermano para conseguir el honor que le permitiera casarse, para defender y librar a su ciudad de la invasión española así como para poder pintarse la cara con pigmento de insectos de la región. Haciendo alusión a la antigua tradición de la cultura oral antigua, el autor se sirve de este personaje para contarnos los pormenores del comportamiento completamente poco solemne, poco respetuoso y abusivo de la cultura española, a quienes fueron ofrecidos los más grandes tributos del imperio y sin embargo decidieron atacar Tenochtitlán.



"Yo también quería ir a la guerra y tomar prisioneros para pintarme la cara de rojo"

Bibliografía:
Huesos de lagartija
Navarrete Linares, Federico

"Estuve en el fin del mundo", literatura netamente joven

 Eduardo Robles Boza o Tío Patota se revela en su obra Estuve en el fin del mundo como un escritor conocedor de la juventud mexicana moderna, y es que el lenguaje que maneja, las hilarantes situaciones que presenta, así como la ligereza y facilidad con la que cualquier lector se conduce a través del texto lo confirman. El relato comienza con un personaje extraviado en un paraje nauseabundo y desolado que trata de localizar a su amigo por medio de un teléfono, a partir de entonces, el narrador-protagonista nos contará la historia de Toño, un joven amigo suyo que "es un desmadre" de boca de él mismo, y no hace nada de su vida, aunque lo considera como un gran amigo.

"El lugar putrefacto en el que me encontraba era un muladar, sólo podía haber ratas"

Bibliografía
Estuve en el fin del mundo
Robles Boza, Eduardo