La Plutocracia o la batalla por el poder (Elecciones 2012)

 Vivimos una situación alarmante, las cada vez mayores huestes en apariencia independientes de yo soy 132 partidarias en realidad de la izquierda, presionan por la dimisión del candidato oficial y en caso de que este ganara, como parece que sucederá en el más ordinario de los casos, se podrían producir una serie de revueltas que no son para nada alentadoras para el futuro de este país.

 Este breve artículo no se centra, como la mayoría del material escrito al respecto, en una crítica a tales o cuales candidatos a la presidencia de México, sino que busca generar una conciencia sobre lo que realmente esta sucediendo con las elecciones en estas tierras.

 Para comenzar, me parece que el esquema supuestamente democrático en México es erróneo, pues la plutocracia (es decir, la preferencia y prioridad del más rico) precede a la democracia, iniciando desde las elecciones dentro de los mismos partidos políticos.

 Si a estos factores sumamos la presentación de los candidatos como figuras públicas y heroicas así como el duelo de retóricas que se ha producido tanto en los debates como en la propaganda, obtenemos un alto grado de mediocridad entre las posibles opciones, como acertadamente remarcaría el crítico político y afamado escritor Carlos Fuentes, fallecido en el año en curso. Si a estas variables aun agregamos el asqueroso populismo que se ha venido gestando año tras año en los periodos previos al plebiscito, obtenemos la ecuación perfecta para un país que es rico en cultura, tradiciones y recursos pero mermado por las malas decisiones administrativas y políticas no centradas en el auge de la educación y la investigación como medio para el desarrollo de una mejor infraestructura.

 Es por ello que quiero hacer conciencia en la población en general y especialmente en los jóvenes, pues nos encontramos ante el posiblemente más conflictivo periodo de pugna política que se ha visto en México y quiero convocarnos a ejercer ese derecho tan importante que es el voto, pero hacerlo de manera responsable, seria, pero por encima de todo, informada. No les pido que sean partidarios de cierto candidato o partido político, pues es cierto que la gran mayoría del electorado es apartidista, sino que les exhorto a no caer en el apolitismo y despreocupación de no conocer las propuestas y políticas de cada uno y les invito de la manera más respetuosa a llevar a cabo ese importante compromiso con el país.