lunes, 19 de marzo de 2012

Jorge Ibargüengoitia, lo irónico en su máxima expresión

 Jorge Ibargüengoitia es conocido como el mejor humorista mexicano contemporáneo y no es para menos, pues logra fundir el costumbrismo mexicano con una fuerte dosis de picardía e ironía que resultan en una lectura agradable, fluída y muy divertida. En este caso, su recopilación de cuentos La Ley de Herodes no se queda atrás, pues el autor toma más un papel de narrador protagonista en varios de sus cuentos para relatar los acontecimientos que le sucedieron a lo largo de su vida, como las dificultades para construir y mantener su casa en Manos Muertas y Mis embargos, sus amoríos prohibidos en La mujer que no y La vela perpetua hasta llegar a lo grotesco como es el caso del cuento que da título a la recopilación. El autor igualmente hace gala de su capacidad de reírse de si mismo en cuentos como Falta de espíritu scout, El Episodio Cinematográfico (en donde narra cómo fracasan rotundamente sus proyectos dentro del séptimo arte) y El cuento del canario, las pinzas y los tres muertos. 


 

 En el caso de este último, Ibargüengoitia narra en El Canario sus trifulcas y altercados con bandidos y ladrones que le roban desde trajes "pasados de moda y que no le quedan" hasta un canario con su jaula, todo ello ante su propia imposibilidad de defenderse. Hablando de Las pinzas y Los Tres muertos, el autor más bien satiriza los engaños y mañas de mendigos, jardineros o contratistas, quienes abusan de la ayuda económica que se les pueda brindar y encima se enfurecen si no les es dada.
 

 Su trabajo ha sido reconocido con el premio Casa de las Américas de 1964 por su primera novela Los Relámpagos de agosto, donde hace una sátira de la revolución mexicana. Además cuenta con las novelas Los pasos de López (sátira de los héroes de la independencia de México), Dos crímenes, Estas ruinas que ves (donde incursiona en el realismo mágico con posibles influencias de García Márquez)Las muertas (estas tres últimas llamadas novelas de Cuévano, pues se desarrollan en esta ficticia ciudad inventada por el autor que en realidad es su natal Guanajuato) y Maten al león, además de numerosos ensayos periodísticos y cuentos.

"Me había cansado de darle dinero y de que me hiciera levantarme a las siete de la mañana"


Bibliografía:
La ley de Herodes
Ibargüengoitia, Jorge
Booket

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